Destiempo
enero/2007
III
Regresar… regresar después de diez largos años en un país que no es el mío, un país frío que me congelaba los huesos y el alma. Pude haberlo hecho en el verano, pero me decidí por las navidades. Verano es sinónimo de playas, sol, palmeras, calorcito. Pero las navidades, ¡ah! Además de todo eso tendría el sabor de mi cultura, el olor de mis recuerdos, la mezcolanza del sabor isleño, comida, calor.
Llegué así, sin avisar, con apenas un par de piezas dentro de un bulto de mano. La bienvenida no fue como la esperaba, pero sí acogedora. Mis tíos aún conservaban la finca que me cobijó por dieciocho años: Mi casa grande.
Estuve entre fiestas, aguinaldos, promesas, pasteles, arroz con gandules, pitorro y frenesí. En la llegada del año nuevo se me ocurrió montar a caballo. Una lluvia finísima me recordó que ya tenía cuarenta años y que debía cuidarme. El manantial, que tantas veces limpió mi cuerpo y mi alma, había crecido. Al intentar cruzarlo, mi caballo se hundió y me llevó consigo.
I
Tenía quince años cuando me hundí en el manantial. Ya me habían advertido que no me metiera donde tomaban agua los bueyes pues era un área muy traicionera. Perdí el sentido. Al despertar un extraño me miraba fijamente. Traté de incorporarme pero él no me lo permitió. Me dijo algo que no entendí, me cogió en sus brazos y me llevó a una especie de tienda hecha de palmas y techada con cascos de coco. ¡Qué extraño! – pensé-. Una mujer cincuentona apareció y me puso una amalgama de hojas y tierra en la cabeza. Me desmayé. Al despertar el dolor de cabeza y el zumbido en los oídos se habían ido, junto con la mujer. Mis ojos la buscaron por todos lados pero no estaba. El hombre seguía hablándome en un lenguaje extraño y sus ojos seguían aplastando los míos con su mirada. Puso su mano alrededor de mi cintura y un fuego tibio me inundó. ¿Quién era y qué hacía allí?
El monólogo de aquel hombre duró horas, o tal vez días. El tiempo parecía no correr en aquél lugar extraño. La atracción que ejercían los ojos del hombre resultó cada vez más profunda. Una luz intensa me atrajo, un beso tibio fue el recuerdo final de aquel extraño momento.
IV
Desperté en el mismo lugar en que veinticinco años atrás había visto a la pareja. El hombre, como entonces, estaba allí. Esta vez me besó tan pronto me vio. –Me alegra tanto volver a verte- fueron sus palabras. Y esta vez lo entendí. –Todo está como cuando te fuiste- Miré a mi alrededor y todo me resultó conocido. Mi hombre, el rancho, el tiempo, mi vida a su lado. Sólo éramos él y yo, en un mundo fuera del prisma del tiempo
II
Esa chica que acaba de llegar soy yo hace treinta y cinco años, no tengo la más mínima duda. Recuerdo mi angustia al no entender a mi hombre. Ahora: soy yo, soy ella o soy ambas...?
Ser mujer y desnudarse ante el mundo a través de la palabra, no es fácil. Mas, aquí está el siglo XXI, desbaratando y enterrando ritos y mitos. La llaga a ratos sangra, a ratos sana. El antibiótico de la esencia femenina trabaja. Esperemos la cura total de la humanidad.
jueves, 8 de febrero de 2007
Un día de Reyes (cuento)
Un Día de Reyes
6/01/07
No me parece lógico haber esperado tanto. La verdad, no sé como se me pudo hacer tan tarde. Uyy es que cada día estoy más lerda. Ya son casi las ocho y aún no llego ni a Ponce. Aunque la verdad fue muy lindo compartir con mis sobrinos nietos… o nietos sobrinos, o como se diga. ¡Qué felices estaban! Esas caritas hermosas gozando con sus juguetes. La verdad fue que los Reyes se portaron muy bien con ellos.
Y a éste, ¿qué le pasa ? No ve que es de noche y esas luces altas marean ? La verdad es que los puertorriqueños cada día estamos peores. Voy a llegar como a las diez, y eso, si no hay tapón. ¡Qué Día de Reyes. Y hablando de Reyes, ¿Qué hará mi esposo? Bendito, hoy es su cumpleaños y yo por acá. Pero, en 28 años es el primer año que paso fuera de la casa este día.
¡Qué tarde! Y yo que no veo nada.
Aquí está Ponce ya. Ahora al expreso. Espero tener el dinero suficiente.
Bueno aquí hay cinco dólares… y algo de menudo por ahí… ¡Madre mía, si no tengo gasolina!!! ¿Cómo se me pudo pasar? No, si hoy estoy de malas. Y prácticamente está vacío. Tengo que salir de este maldito expreso. A ver si por aquí consigo una gasolinera. ¿A dónde llevará esta calle? Diantre, espero no perderme. Por ahí veo un letrerito con una bomba de gasolina. Deja seguirlo. ¿Y dónde estará esa gasolinera? Ya no sé ni dónde estoy. Y no se ve ni un alma a quien preguntar. ¡Dios Mío, que miedo tengo! Ya quiero llegar a casa y acostarme en mi camita. Ahhh… ahí está la famosa gasolinera. Espero que tengan ATH.
UF… Por lo menos ya tengo el tanque lleno. A ver por donde salgo ahora. El de la gasolinera dijo que cogiera derecho y luego a la derecha. Ufff, creo que ése no sabe ni cual es su derecha. Ese letrero dice que para San Juan es a la izquierda. Seguiré por ahí.
Llevo media hora y no encuentro una salida. Esta carretera está muy oscura. ¡Qué miedo, Dios Mío! Debo seguir, no puedo virar. Creo que el muchacho de la gasolinera tenía razón. Era a la derecha. ¿Por qué no le habré hecho caso? Ahora chávate, Nime. Iré despacio por si veo a alguien.
¿Qué es esa luz? No se ven casas. Uyyy… Señor, ayúdame. Y ahora que le pasa a este bendito carro? No me digas que te vas a apagar y por aquí…¿Estaré loca? Oigo el llanto de un niño … o será el maullido de un gato? Sí, no hay duda, es el llanto de un bebé. A ver si la madre me dice como salir de aquí. Espero no me roben el carro mientras pregunto. Tonta. ¿Quién te lo va a robar si no hay un alma por todo esto? Bueno excepto el niño y con quién esté. ¡Qué raro! No se ve a nadie. Pero aún oigo el llanto del niño.
Pero, ¿qué es esto? ¡Es un bebé tirado en el piso! Y con este frío. ¡Oh, Dios mío! Lo dejaron aquí solito.., ¿Y eso? Otro más. Hola. …Hola. No responde nadie. Está lleno de sangre. Horror. Debo salir de aquí. Pero no puedo dejar a estos niños. Llevaré primero al bebé. Ven amor… ven. Debe tener hambre para gritar así. Espera aquí, bebé. (Como si se pudiera ir). Ya vuelvo. Éste debe tener como dos años. Pesa bastante. Tiene un balazo. Pero siento su respiración. Anda carrito prende y rápido, prende. Tenemos que irnos de aquí como alma que lleva el diablo. Pero ahora, ¿qué hago? Estoy temblando de miedo. ¿Qué hago con estos niños? Respira hondo, Nime. Así. Bueno, lo principal es llevar al mayorcito al hospital. ¿Quién les habrá hecho esto? Y precisamente esta noche de Reyes?
Creo que debo ir a la policía. Ellos sabrán que hacer. Sí.. eso es. El cuartel de Caguas está en el expreso. Allí estaré lejos del sinvergüenza que hizo esto. Y estaré también cerca de casa. Si sigo guiando tan rápido me van a arrestar antes de llegar al cuartel.
Por fin. Oficiales. Por favor vengan. Es que encontré unos niños. Es la verdad. Uno está herido. Es de bala. No, no son familia mía. Ni siquiera sé quienes son. Los encontré en unos matorrales. El llanto del bebé me llevó a ellos. Sí… sí... llame la ambulancia. El niño está muy grave. Si está bien. Iré con ustedes. Pero antes me comunico a mi casa.
Menos mal que nadie se desmayó. Lo cogieron tan normal. Esta familia mía. Suerte que logré convencerlos para que no salieran de la casa. Que me vean en las noticias mejor.
Es verdad Sr. Periodista, yo no los conozco, sólo los encontré. (Mejor arranco yo
También para mi casa) Sr. Policía si me necesita… ya sabe donde encontrarme. Adiós.
Hola familia. ¿Me vieron en las noticias? ¿Qué dices hija? Así que un robo de carro. ¿Y los niños estaban en él?
Gracias a Dios y a los Reyes que me llevaron por ese camino…
6/01/07
No me parece lógico haber esperado tanto. La verdad, no sé como se me pudo hacer tan tarde. Uyy es que cada día estoy más lerda. Ya son casi las ocho y aún no llego ni a Ponce. Aunque la verdad fue muy lindo compartir con mis sobrinos nietos… o nietos sobrinos, o como se diga. ¡Qué felices estaban! Esas caritas hermosas gozando con sus juguetes. La verdad fue que los Reyes se portaron muy bien con ellos.
Y a éste, ¿qué le pasa ? No ve que es de noche y esas luces altas marean ? La verdad es que los puertorriqueños cada día estamos peores. Voy a llegar como a las diez, y eso, si no hay tapón. ¡Qué Día de Reyes. Y hablando de Reyes, ¿Qué hará mi esposo? Bendito, hoy es su cumpleaños y yo por acá. Pero, en 28 años es el primer año que paso fuera de la casa este día.
¡Qué tarde! Y yo que no veo nada.
Aquí está Ponce ya. Ahora al expreso. Espero tener el dinero suficiente.
Bueno aquí hay cinco dólares… y algo de menudo por ahí… ¡Madre mía, si no tengo gasolina!!! ¿Cómo se me pudo pasar? No, si hoy estoy de malas. Y prácticamente está vacío. Tengo que salir de este maldito expreso. A ver si por aquí consigo una gasolinera. ¿A dónde llevará esta calle? Diantre, espero no perderme. Por ahí veo un letrerito con una bomba de gasolina. Deja seguirlo. ¿Y dónde estará esa gasolinera? Ya no sé ni dónde estoy. Y no se ve ni un alma a quien preguntar. ¡Dios Mío, que miedo tengo! Ya quiero llegar a casa y acostarme en mi camita. Ahhh… ahí está la famosa gasolinera. Espero que tengan ATH.
UF… Por lo menos ya tengo el tanque lleno. A ver por donde salgo ahora. El de la gasolinera dijo que cogiera derecho y luego a la derecha. Ufff, creo que ése no sabe ni cual es su derecha. Ese letrero dice que para San Juan es a la izquierda. Seguiré por ahí.
Llevo media hora y no encuentro una salida. Esta carretera está muy oscura. ¡Qué miedo, Dios Mío! Debo seguir, no puedo virar. Creo que el muchacho de la gasolinera tenía razón. Era a la derecha. ¿Por qué no le habré hecho caso? Ahora chávate, Nime. Iré despacio por si veo a alguien.
¿Qué es esa luz? No se ven casas. Uyyy… Señor, ayúdame. Y ahora que le pasa a este bendito carro? No me digas que te vas a apagar y por aquí…¿Estaré loca? Oigo el llanto de un niño … o será el maullido de un gato? Sí, no hay duda, es el llanto de un bebé. A ver si la madre me dice como salir de aquí. Espero no me roben el carro mientras pregunto. Tonta. ¿Quién te lo va a robar si no hay un alma por todo esto? Bueno excepto el niño y con quién esté. ¡Qué raro! No se ve a nadie. Pero aún oigo el llanto del niño.
Pero, ¿qué es esto? ¡Es un bebé tirado en el piso! Y con este frío. ¡Oh, Dios mío! Lo dejaron aquí solito.., ¿Y eso? Otro más. Hola. …Hola. No responde nadie. Está lleno de sangre. Horror. Debo salir de aquí. Pero no puedo dejar a estos niños. Llevaré primero al bebé. Ven amor… ven. Debe tener hambre para gritar así. Espera aquí, bebé. (Como si se pudiera ir). Ya vuelvo. Éste debe tener como dos años. Pesa bastante. Tiene un balazo. Pero siento su respiración. Anda carrito prende y rápido, prende. Tenemos que irnos de aquí como alma que lleva el diablo. Pero ahora, ¿qué hago? Estoy temblando de miedo. ¿Qué hago con estos niños? Respira hondo, Nime. Así. Bueno, lo principal es llevar al mayorcito al hospital. ¿Quién les habrá hecho esto? Y precisamente esta noche de Reyes?
Creo que debo ir a la policía. Ellos sabrán que hacer. Sí.. eso es. El cuartel de Caguas está en el expreso. Allí estaré lejos del sinvergüenza que hizo esto. Y estaré también cerca de casa. Si sigo guiando tan rápido me van a arrestar antes de llegar al cuartel.
Por fin. Oficiales. Por favor vengan. Es que encontré unos niños. Es la verdad. Uno está herido. Es de bala. No, no son familia mía. Ni siquiera sé quienes son. Los encontré en unos matorrales. El llanto del bebé me llevó a ellos. Sí… sí... llame la ambulancia. El niño está muy grave. Si está bien. Iré con ustedes. Pero antes me comunico a mi casa.
Menos mal que nadie se desmayó. Lo cogieron tan normal. Esta familia mía. Suerte que logré convencerlos para que no salieran de la casa. Que me vean en las noticias mejor.
Es verdad Sr. Periodista, yo no los conozco, sólo los encontré. (Mejor arranco yo
También para mi casa) Sr. Policía si me necesita… ya sabe donde encontrarme. Adiós.
Hola familia. ¿Me vieron en las noticias? ¿Qué dices hija? Así que un robo de carro. ¿Y los niños estaban en él?
Gracias a Dios y a los Reyes que me llevaron por ese camino…
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