8 de marzo
A: P.
Inmensidad del silencio.
Minutos eternos.
Horas tristes.
Días de espera.
Murmullos de miedo
invaden mis sueños.
Me muero. Me muero.
Ansío tus noticias.
Espero tu llamada.
Invento razones.
Disculpo tu inercia.
Pregunto que pasa.
Incógnita nueva.
Me muero. Me muero.
Abriste los ojos.
Tu sola respuesta.
Tú guardas tu todo.
Yo guardo mi esencia.
Mi dolor no importa.
Fui sólo tu fuerza.
Me muero. Me muero.
Hablas de pecados.
No creo en la huella.
La sangre se agita.
El dolor se esconde.
El cuerpo mancilla.
El alma no peca.
Me muero. Me muero.
Se ama con el alma.
Esa fue nuestra virtud.
Otras vidas. Otras eras.
Un pasado en común.
Culpa tenue.
Quimera del amor.
Me muero. Me muero.
Que me cuide has dicho.
En el marco sideral.
Que me cuide has dicho.
Ya que importa si no estás.
Ser mujer y desnudarse ante el mundo a través de la palabra, no es fácil. Mas, aquí está el siglo XXI, desbaratando y enterrando ritos y mitos. La llaga a ratos sangra, a ratos sana. El antibiótico de la esencia femenina trabaja. Esperemos la cura total de la humanidad.
viernes, 25 de marzo de 2011
DESILUSIÓN
Desilusión
21/enero/2011
A: P.
¡Qué desilusión!
¡Qué simpleza!
Otro sueño efímero
de mi mente enajenada,
cosmos de ilusiones truncas
de pupilas desmembradas.
Un cuerpo enfermo se yergue
en pellizcos de inocencia
cayendo en el vacío silente
de una obra inacabada.
No soy la llama dormida.
Ni la diosa prohibida.
Soy el reflejo más simple
de la locura dorada.
La locura me transporta
a lugares íntimos
donde el alma adolorida
llora consigo misma.
Otra ilusión rota
- tanto tuya como mía -
otro andar por la hondonada
con su manto helado y frío.
Quiero volver a la nada
y volcar sueños antiguos
en la lava de la vida.
¡Total! El frío se esconde
en las redes de la sangre
y congela el intelecto
tuerce y mata al corazón,
cisne blanco del amor.
21/enero/2011
A: P.
¡Qué desilusión!
¡Qué simpleza!
Otro sueño efímero
de mi mente enajenada,
cosmos de ilusiones truncas
de pupilas desmembradas.
Un cuerpo enfermo se yergue
en pellizcos de inocencia
cayendo en el vacío silente
de una obra inacabada.
No soy la llama dormida.
Ni la diosa prohibida.
Soy el reflejo más simple
de la locura dorada.
La locura me transporta
a lugares íntimos
donde el alma adolorida
llora consigo misma.
Otra ilusión rota
- tanto tuya como mía -
otro andar por la hondonada
con su manto helado y frío.
Quiero volver a la nada
y volcar sueños antiguos
en la lava de la vida.
¡Total! El frío se esconde
en las redes de la sangre
y congela el intelecto
tuerce y mata al corazón,
cisne blanco del amor.
domingo, 23 de enero de 2011
Íntimo unitario de mi vida
Íntimo unitario de mi vida
A Paco
Íntima.
Buscando en mi estela silenciosa
las ilusiones perdidas en el manto del ayer.
Buceando en el fondo climático
de un otoño presente y escondido
entre rayos de esperanza, ilusiones fingidas
y pesares dormidos.
Lágrimas silenciosas se deslizan por mi mente.
Un ayer perdido y un presente inerte.
Gimo como beata sin consuelo
bebiendo el éter escondido en mis alas sin vuelo.
Me transformo.
Tu palabra me da vida
y construyo los cimientos de una aurora prohibida.
Triste ente insatisfecho.
Arrinconada
En la esquina del olvido,
me hundo en un hueco oscuro, sin fronteras.
Sensaciones de ahogo.
Ansias de conocerte
transitan por la casa, a escondidas.
Resurjo.
Me nutres con tu esencia
Quijote moderno de la aerociencia.
Eres el consuelo de la selva de temores
que recogen el susurro de los años.
Te insertas como aguja invisible
en el oasis marchito de mi piel,
Y yo me dejo herir por tu inocencia.
Caballero misterioso,
te conviertes en el íntimo unitario de mi vida
y compartes la caricia de esa intimidad dormida.
Intima…
A Paco
Íntima.
Buscando en mi estela silenciosa
las ilusiones perdidas en el manto del ayer.
Buceando en el fondo climático
de un otoño presente y escondido
entre rayos de esperanza, ilusiones fingidas
y pesares dormidos.
Lágrimas silenciosas se deslizan por mi mente.
Un ayer perdido y un presente inerte.
Gimo como beata sin consuelo
bebiendo el éter escondido en mis alas sin vuelo.
Me transformo.
Tu palabra me da vida
y construyo los cimientos de una aurora prohibida.
Triste ente insatisfecho.
Arrinconada
En la esquina del olvido,
me hundo en un hueco oscuro, sin fronteras.
Sensaciones de ahogo.
Ansias de conocerte
transitan por la casa, a escondidas.
Resurjo.
Me nutres con tu esencia
Quijote moderno de la aerociencia.
Eres el consuelo de la selva de temores
que recogen el susurro de los años.
Te insertas como aguja invisible
en el oasis marchito de mi piel,
Y yo me dejo herir por tu inocencia.
Caballero misterioso,
te conviertes en el íntimo unitario de mi vida
y compartes la caricia de esa intimidad dormida.
Intima…
Psicosis
Psicosis
8/01/11
A Paco
Delirios. Susurros. Señales. Olores.
Nostalgias. Verdores. Engranajes. Temblores.
Alto, muy alto. Es la unión de tierra, cielo y mar.
Mirando las tetas de Cayey. Presiento.
Es un mundo alucinante.
De sueños. De subidas y bajadas.
Presiento. Ansío. Alucino. Sueño.
Calvicie del tiempo
el deslizarme en la falda del viento.
Mis montes. Mi tierra. Mi luz.
Se une a… El ron más preciado.
División. Estación. Salida.
Velocidad. Pare. Sur.
Huella en paseo.
Un plan que se ajusta a tu bolsillo.
Salida 60. Locura. Abrazos. Besos.
Incógnita. Misterio. Pasión. Dolor.
Verde. Marrón. Amarillo. Rojizo.
Un hombre en bicicleta.
Murmullos de silencio.
Etapas de un molino. Viento.
Irresponsabilidad pública.
Sonata del viento. Misterio del hombre.
Mi voz…
8/01/11
A Paco
Delirios. Susurros. Señales. Olores.
Nostalgias. Verdores. Engranajes. Temblores.
Alto, muy alto. Es la unión de tierra, cielo y mar.
Mirando las tetas de Cayey. Presiento.
Es un mundo alucinante.
De sueños. De subidas y bajadas.
Presiento. Ansío. Alucino. Sueño.
Calvicie del tiempo
el deslizarme en la falda del viento.
Mis montes. Mi tierra. Mi luz.
Se une a… El ron más preciado.
División. Estación. Salida.
Velocidad. Pare. Sur.
Huella en paseo.
Un plan que se ajusta a tu bolsillo.
Salida 60. Locura. Abrazos. Besos.
Incógnita. Misterio. Pasión. Dolor.
Verde. Marrón. Amarillo. Rojizo.
Un hombre en bicicleta.
Murmullos de silencio.
Etapas de un molino. Viento.
Irresponsabilidad pública.
Sonata del viento. Misterio del hombre.
Mi voz…
domingo, 9 de enero de 2011
El secreto de la tía Maritza
El secreto de la tía Maritza
15/oct/2010
Mi hermana y yo siempre le dimos largas al asunto. Pero, tarde o temprano había que hacerlo. Nuestra madre nos lo había pedido y su pedido era una orden para nosotras. Ir a recoger la casa de la abuela, regalar lo que sirviera, botar lo que no y si queríamos algo, quedárnoslo. Ya hacía cinco meses del deceso de ésta, así que decidimos hacerlo ese fin de semana.
Después de dos días de ardua labor, dimos con unos papeles que nos llamaron la atención. Eran unas copias amarillentas de correos electrónicos, con fechas de doce años atrás. Con la curiosidad a flor de piel, comenzamos a leer aquellas cartas. Nuestra sorpresa no tuvo límites cuando comprendimos lo que aquello significaba. La tía Maritza, gemela de nuestra madre, no llegó a casarse. El misterio siempre giró en torno a aquella hermosa y solitaria mujer que vivía encerrada casi todo el tiempo. Hubo hombres que se le acercaron, pero ella los rechazaba sin el mayor interés. Hasta que, a los 28 años murió ahogada en el río, debido a las intensas lluvias que habían ocurrido durante ese tiempo.
Dejamos todo lo que estábamos haciendo, pusimos en orden de fechas las cartas y comenzamos a leer aquellas misivas misteriosas. A medida que las leíamos, más nos sorprendíamos. El autor de más de la mitad de las cartas era un alemán que había emigrado a Chile quince años antes.
Él y mi tía hablaban de sus encuentros virtuales, de cómo se fueron enamorando y de los deseos de ambos de encontrarse. El hombre escribía hermoso. Cartas en un correcto español que transmitían hermosos sentimientos. Las contestaciones de mi tía contenían el mismo fuego y pasión con que le escribía aquel hombre. A medida que corría el tiempo las promesas y sueños se intensificaban. Pero, el hombre era casado y era el padre de cuatro niños. Tenía treinta y seis años y una gran empresa que manejar.
Prometió dejarlo todo. Separarse. Viajar a Puerto Rico a buscarla e irse juntos a Alemania. Desaparecer ambos y vivir su amor. Ella le pidió que esperara un tiempo. Sus hijos eran muy pequeños y lo necesitaban. Pero él insistió. No quería perderla.
Siguieron las cartas. La intensidad de los sentimientos seguía. El dolor de la separación se palpaba en los correos de ambos. Hasta que un día el azote de un huracán tronchó las misivas. Hubo un lapso. Al reanudarse las cartas ya no era lo mismo. Algo se había roto en él.
Querida Maritza:
Sé que has estado esperando que te escriba desde hace días... Discúlpame por no haberlo hecho antes. Tuve tiempo para hacerlo el jueves, pero no te envié el e-mail ese día porque no me gustó, no contenía todo lo que realmente te quería decir. Todos estos meses desde que nos hemos conocido han sido muy especiales. No sabes cuanto he soñado contigo, cuantas veces te he ansiado y deseado con una intensidad que desconocía. Todas esas veces que hemos hablado y que he podido escuchar tu voz y tu risa... Son tan fuertes los sentimientos que tú me provocas que no puedo dejar de pensar en ti... siempre te amaré, te lo he dicho muchas veces... y sé que será así... Tú te estarás preguntando entonces que es lo que nos ha alejado, que es lo que ha pasado... (?) Pienso que han sido dos razones. Por un lado, me he ido dando cuenta que necesitas más de lo que yo te he podido dar.
Son tantos los sentimientos... hermosos por cierto, porque es lindo amar así... a pesar de todo... Por otra parte, me he dado cuenta que lo nuestro llegó a un punto en que debía tomar una decisión definitiva...no te lo niego... me asusté al pensar que debía dejar a mis hijos... no había otra manera, no podía seguir lo nuestro en la misma forma como había sido hasta ese momento... Tu situación es algo diferente a la mía... eres joven, soltera...
Eso me hizo repensar todo... me sentí confundido y sin saber que hacer... yo creo que eso me hizo tratar de retroceder... de no avanzar más... de sólo llegar hasta ahí... no sé si me comprendas, porque no sé si lo he expresado bien... espero que me entiendas...
Maritza, tú eres una gran mujer, siempre te lo he dicho... así lo siento, sé que es así... siempre te he sentido como una princesa, como un tesoro... No quiero dejar de escribirte, ojalá que me respondas a esta carta con todo lo que sientes... no creas que todo esto no me duele... pero hay realidades y hay sueños..... y hay sueños que se pueden transformar en realidades y sueños que cambian las realidades... tú me escribiste: "me gustaría que fueras pobre, pero libre para mí"... quizá eso es lo que no pueda ser... Nunca he jugado contigo amor, nunca... nunca pienses eso !!!... quizá hoy estoy más melancólico que de costumbre... no lo sé... pero quería escribirte todo esto porque refleja mis sentimientos... y quiero que sepas que te amo, a pesar de todo...
Tuyo siempre,
Rod
Hola mi tesoro:
Son las 11:35 de la mañana y aprovecho para escribirte este e-mail.
Sabes? Cada día me siento más sola, en estos momentos me siento más sola que nunca, mi alma se siente sola y sin ganas de vivir. No sé que me pasa... pero perdona que te diga esto. No es justo para ti.
Te amo...te amo mucho. Quizás este amor es sólo el aliento que me da vida...aunque sea un imposible. Sólo sé que estás allí...que me lees y que quizás en algún momento me contestes y eso es algo. Te juro que no quiero interrumpir tu vida, ni darte problemas...sólo quiero que me sientas a través de estas palabras. Tal vez nunca te
he hablado así... ya tú me estás olvidando...y sé que aunque guardes por siempre el recuerdo de mi amor...me olvidarás y vivirás tu vida. Presiento que ya lo estás haciendo... y no te culpo. Tú no eres el culpable de lo que me pasa, así que no te preocupes. Al contrario...con tu amor me diste fuerzas en un tiempo. No te olvidaré nunca...no dejaré de sentir este amor por ti. Te juro que cuando venga la muerte aún seguiré pensando en ti. No quiero seguir aburriéndote con mis cosas... es mas...ni siquiera sé si leerás esto...te he escrito tanto y no me contestas... Sé que hay algo más de lo que me dices... lo presiento... pero para qué preguntar lo que no me quieres decir. Sigo pensando que jamás nos conoceremos...así que para que insistir. Aunque no me olvide de ti... sé que llegará un tiempo en que dejaré de escribirte... tiene que ser así...verdad? Por eso tú no me contestas...sé que es para que me vaya cansando... y deje de hacerlo yo. Y lo haré...llegará el momento que me cansaré de este monólogo...de que cada cinco u ocho o que sé yo cuantos e-mails míos...reciba uno tuyo. Tienes el tiempo... tú lo dijiste: "puedo sacar esos 5 minutos" pero no lo haces...por que no quieres...quieres que te olvide. Sólo que si es así... porque no me lo dices abiertamente? Si lo haces...te juro que no te molestaré más...si eso es lo que de verdad deseas...sé sincero y dímelo. Pero mientras tanto...mantienes mis esperanzas...mantienes esta llama que a veces me consume...pero que también sustenta mi vida... Te vuelvo a pedir perdón... no quiero molestarte...no quiero que sientas pena por mi...ni que me compadezcas... perdóname amor... perdóname... he estado a punto de borrar este e-mail en dos ocasiones... pero no lo haré... quiero que lo recibas... y quiero que me olvides... por que sé que ahora querrás terminar conmigo de una vez.
Siempre tuya... Maritza.
Habían pasado dos días después de esta última misiva, cuando el río se llevó el cuerpo de la tía Maritza. Mi hermana y yo nos miramos. Nuestra tía buscó su gran amor en el río y éste le tendió sus brazos.
Esa tarde hicimos una fogata. El viento se llevó el humo en el que se convirtieron las palabras, el humo se volvió nada y el secreto siguió su vuelo.
Al otro día, muy temprano, salimos para la capital. Allí nos esperaba nuestra madre, ajena a la verdadera historia de la tía. El secreto quedó enterrado con ella y en nuestros corazones.
15/oct/2010
Mi hermana y yo siempre le dimos largas al asunto. Pero, tarde o temprano había que hacerlo. Nuestra madre nos lo había pedido y su pedido era una orden para nosotras. Ir a recoger la casa de la abuela, regalar lo que sirviera, botar lo que no y si queríamos algo, quedárnoslo. Ya hacía cinco meses del deceso de ésta, así que decidimos hacerlo ese fin de semana.
Después de dos días de ardua labor, dimos con unos papeles que nos llamaron la atención. Eran unas copias amarillentas de correos electrónicos, con fechas de doce años atrás. Con la curiosidad a flor de piel, comenzamos a leer aquellas cartas. Nuestra sorpresa no tuvo límites cuando comprendimos lo que aquello significaba. La tía Maritza, gemela de nuestra madre, no llegó a casarse. El misterio siempre giró en torno a aquella hermosa y solitaria mujer que vivía encerrada casi todo el tiempo. Hubo hombres que se le acercaron, pero ella los rechazaba sin el mayor interés. Hasta que, a los 28 años murió ahogada en el río, debido a las intensas lluvias que habían ocurrido durante ese tiempo.
Dejamos todo lo que estábamos haciendo, pusimos en orden de fechas las cartas y comenzamos a leer aquellas misivas misteriosas. A medida que las leíamos, más nos sorprendíamos. El autor de más de la mitad de las cartas era un alemán que había emigrado a Chile quince años antes.
Él y mi tía hablaban de sus encuentros virtuales, de cómo se fueron enamorando y de los deseos de ambos de encontrarse. El hombre escribía hermoso. Cartas en un correcto español que transmitían hermosos sentimientos. Las contestaciones de mi tía contenían el mismo fuego y pasión con que le escribía aquel hombre. A medida que corría el tiempo las promesas y sueños se intensificaban. Pero, el hombre era casado y era el padre de cuatro niños. Tenía treinta y seis años y una gran empresa que manejar.
Prometió dejarlo todo. Separarse. Viajar a Puerto Rico a buscarla e irse juntos a Alemania. Desaparecer ambos y vivir su amor. Ella le pidió que esperara un tiempo. Sus hijos eran muy pequeños y lo necesitaban. Pero él insistió. No quería perderla.
Siguieron las cartas. La intensidad de los sentimientos seguía. El dolor de la separación se palpaba en los correos de ambos. Hasta que un día el azote de un huracán tronchó las misivas. Hubo un lapso. Al reanudarse las cartas ya no era lo mismo. Algo se había roto en él.
Querida Maritza:
Sé que has estado esperando que te escriba desde hace días... Discúlpame por no haberlo hecho antes. Tuve tiempo para hacerlo el jueves, pero no te envié el e-mail ese día porque no me gustó, no contenía todo lo que realmente te quería decir. Todos estos meses desde que nos hemos conocido han sido muy especiales. No sabes cuanto he soñado contigo, cuantas veces te he ansiado y deseado con una intensidad que desconocía. Todas esas veces que hemos hablado y que he podido escuchar tu voz y tu risa... Son tan fuertes los sentimientos que tú me provocas que no puedo dejar de pensar en ti... siempre te amaré, te lo he dicho muchas veces... y sé que será así... Tú te estarás preguntando entonces que es lo que nos ha alejado, que es lo que ha pasado... (?) Pienso que han sido dos razones. Por un lado, me he ido dando cuenta que necesitas más de lo que yo te he podido dar.
Son tantos los sentimientos... hermosos por cierto, porque es lindo amar así... a pesar de todo... Por otra parte, me he dado cuenta que lo nuestro llegó a un punto en que debía tomar una decisión definitiva...no te lo niego... me asusté al pensar que debía dejar a mis hijos... no había otra manera, no podía seguir lo nuestro en la misma forma como había sido hasta ese momento... Tu situación es algo diferente a la mía... eres joven, soltera...
Eso me hizo repensar todo... me sentí confundido y sin saber que hacer... yo creo que eso me hizo tratar de retroceder... de no avanzar más... de sólo llegar hasta ahí... no sé si me comprendas, porque no sé si lo he expresado bien... espero que me entiendas...
Maritza, tú eres una gran mujer, siempre te lo he dicho... así lo siento, sé que es así... siempre te he sentido como una princesa, como un tesoro... No quiero dejar de escribirte, ojalá que me respondas a esta carta con todo lo que sientes... no creas que todo esto no me duele... pero hay realidades y hay sueños..... y hay sueños que se pueden transformar en realidades y sueños que cambian las realidades... tú me escribiste: "me gustaría que fueras pobre, pero libre para mí"... quizá eso es lo que no pueda ser... Nunca he jugado contigo amor, nunca... nunca pienses eso !!!... quizá hoy estoy más melancólico que de costumbre... no lo sé... pero quería escribirte todo esto porque refleja mis sentimientos... y quiero que sepas que te amo, a pesar de todo...
Tuyo siempre,
Rod
Hola mi tesoro:
Son las 11:35 de la mañana y aprovecho para escribirte este e-mail.
Sabes? Cada día me siento más sola, en estos momentos me siento más sola que nunca, mi alma se siente sola y sin ganas de vivir. No sé que me pasa... pero perdona que te diga esto. No es justo para ti.
Te amo...te amo mucho. Quizás este amor es sólo el aliento que me da vida...aunque sea un imposible. Sólo sé que estás allí...que me lees y que quizás en algún momento me contestes y eso es algo. Te juro que no quiero interrumpir tu vida, ni darte problemas...sólo quiero que me sientas a través de estas palabras. Tal vez nunca te
he hablado así... ya tú me estás olvidando...y sé que aunque guardes por siempre el recuerdo de mi amor...me olvidarás y vivirás tu vida. Presiento que ya lo estás haciendo... y no te culpo. Tú no eres el culpable de lo que me pasa, así que no te preocupes. Al contrario...con tu amor me diste fuerzas en un tiempo. No te olvidaré nunca...no dejaré de sentir este amor por ti. Te juro que cuando venga la muerte aún seguiré pensando en ti. No quiero seguir aburriéndote con mis cosas... es mas...ni siquiera sé si leerás esto...te he escrito tanto y no me contestas... Sé que hay algo más de lo que me dices... lo presiento... pero para qué preguntar lo que no me quieres decir. Sigo pensando que jamás nos conoceremos...así que para que insistir. Aunque no me olvide de ti... sé que llegará un tiempo en que dejaré de escribirte... tiene que ser así...verdad? Por eso tú no me contestas...sé que es para que me vaya cansando... y deje de hacerlo yo. Y lo haré...llegará el momento que me cansaré de este monólogo...de que cada cinco u ocho o que sé yo cuantos e-mails míos...reciba uno tuyo. Tienes el tiempo... tú lo dijiste: "puedo sacar esos 5 minutos" pero no lo haces...por que no quieres...quieres que te olvide. Sólo que si es así... porque no me lo dices abiertamente? Si lo haces...te juro que no te molestaré más...si eso es lo que de verdad deseas...sé sincero y dímelo. Pero mientras tanto...mantienes mis esperanzas...mantienes esta llama que a veces me consume...pero que también sustenta mi vida... Te vuelvo a pedir perdón... no quiero molestarte...no quiero que sientas pena por mi...ni que me compadezcas... perdóname amor... perdóname... he estado a punto de borrar este e-mail en dos ocasiones... pero no lo haré... quiero que lo recibas... y quiero que me olvides... por que sé que ahora querrás terminar conmigo de una vez.
Siempre tuya... Maritza.
Habían pasado dos días después de esta última misiva, cuando el río se llevó el cuerpo de la tía Maritza. Mi hermana y yo nos miramos. Nuestra tía buscó su gran amor en el río y éste le tendió sus brazos.
Esa tarde hicimos una fogata. El viento se llevó el humo en el que se convirtieron las palabras, el humo se volvió nada y el secreto siguió su vuelo.
Al otro día, muy temprano, salimos para la capital. Allí nos esperaba nuestra madre, ajena a la verdadera historia de la tía. El secreto quedó enterrado con ella y en nuestros corazones.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Mis nietos Ratoncitos preciosos de la mano de Dios. Mis ninitos queridos querubines de Dios. Mis razones de vida mi legado de Dios.
-
El fantasma de la mujer desnuda 18/oct./2010 La silueta pasó como un celaje y se perdió entre los árboles y la construcción aledaña al parq...
-
Hoje Portuguese: Prof. Tiago 7/Maio/02 Hoje quero voar alto (Muito alto) entre as estrelas (entre as nubes) que formam teu céu e perder-me e...
-
Daisy y Héctor Noche tras noche Daisy se sentaba frente a su computadora y tecleaba palabras llenas de sentimientos...