viernes, 29 de junio de 2018

Mis nietos

Ratoncitos preciosos
de la mano de Dios.
Mis ninitos queridos
querubines de Dios.
Mis razones de vida
mi legado de Dios.

sábado, 27 de julio de 2013

Nocturno


La noche

lentamente engalana el paisaje silencioso de mi isla borincana.

Va posándose en los montes,

las laderas, en las sombras, los colores, los recuerdos…

Me acaricia la nostalgia.

Y te pienso.

Y te añoro.

Y te anhelo.

Y te siento.

 

La noche. Esta noche

en que mi pensamiento vuela

a otros montes, a otros valles, a otro cielo,

en que mis ojos te contemplan a través de la neblina de los años,

eternizo este momento por los muchos ya pasados.

 

La noche. Esta noche. Otras noches.

Tantos años de renuncia.

Tantas noches apagadas por deberes ya cumplidos

en que el amor quedó dormido

en la caja de recuerdos consumidos.

 

Esta noche mi mente juega a que sigues a mi lado.

Sin renuncias, sin deberes, sin mentiras.

Y me miro en las pupilas de tus ojos tan soñados.

Y acaricio con ternura el amor en otro tiempo idealizado.

 

Esta noche. Ya tan noche.

Noche de murmullos, de coquíes, de luciérnagas y sortilegios…

en que percibo tras la luna ése,

tu rostro tan deseado,

se cristalizan una a una las palabras en el tiempo,

la ternura de momentos ya pasados.

Y te extraño.

Y te quiero.

Y te ansío.

Y te deseo.

 

¡Ay amor! ¿Dónde quedaron otras noches como ésta,

en que el elixir del amor embriagaba nuestra esencia?

Noches locas, embriagadas de amor,

de sombras, de deseos insatisfechos.

 

Esta noche

en mi Borinquen, lluvia y lágrimas se mezclan.

Y una lágrima atrevida se pregunta

si allá en tu Chile santiaguino

aún recuerdas, las palabras, los juramentos,

las delicias de la dicha compartida

en que tu amor y mi amor fueron uno, fueron uno, fueron uno…

entre besos y caricias, entre sueños, entre espinas.

 

Nuestras noches. Otras noches. Esta noche.

Es la noche de recuerdos y de la espera atormentada.

Vuela mi noche a tu noche.

Y transpira el recuerdo.

Y reverdece la esperanza.

Esta noche. Que es mi noche. Vuelvo a tu cielo.

Y camino las estrellas prometidas, sin recelo, una a una…

una a una… una a una…

Esta noche…

Cuerpos al viento

Cuerpos al viento
13/oct./2008


Se levantó la ráfaga de la vida

y los dedos de la inercia

se tendieron al viento

y dejaron de trabajar.

Se acostó el destino

y la sonrisa de un mundo

dejó de exagerar.

Un siglo de deshielo

en los corazones enamorados

que caminaron por la tierra

buscando su destino.

Un mundo de espejos que convergen

en el musculoso reino

de los videntes.

Tú y yo somos nada

ante la descolorida sonrisa

de la vampira idiomática.

Cinco sentidos aún laten.

Una vida se retrae.

Vamos camino a la nada

ante la maldad eterna

de la alegría cansada.

Se levantó la ráfaga de la vida

y nos dejó tendidos,

como cuerpos al viento,

en el desierto ardiente

del rencor que nos circunda.

Veintiún siglos de muerte

y aún la nada se sonroja

y aún el viento transpira

y la alegría se convierte

en régimen de la vida.

Sino del destino maldito

ante esta encrucijada.

jueves, 25 de julio de 2013

Mar (Poesía)


Mar

 Bóveda silenciosa de movimientos circulares.
Espejo cristalino de secretos siderales.

Rocío en la arena perdida de mis cuitas ancestrales.

Verde y azul, remolino de ansiedades.
Murmullo que rebasa la neblina de la risa.

Cristales que transpiran en el pecho de la brisa.

Mar: Eres la magia de la espuma que se agita.

 

Piélago: Mar revuelto es mi pecho. Soy tormenta. 

Fiel lenguaje figurado. Mi palmera se desdobla.

Se desborda la natura, se concentra la bonanza.

En el vaivén de las olas mi grito te acompaña.

Se eterniza la palabra en mi tiempo otoñal.

Una décima galopa en la grupa de una lágrima

invisible ante el viento.

Generosa es la palabra.

Mar: rostro frágil de esperanza.

Te acompaña la tormenta que se agarra de mi calma.

Lágrima azul. Sé valiente. Penetra en mis escamas

y dame la muerte mística

fiel reflejo de mi alma.

 

lunes, 22 de julio de 2013

A mi madre (cuento)

Dedicado a mi madre que padece de Azheimer

No quiero olvidar viviendo
Ternuras sobre mi piel
Caricias tenues, tibios otoños
Perfumes de un dulce ayer.
No quiero olvidar al mundo
Y recordar solo nostalgias
Empecinada en momentos
Que viven de la ignorancia.
No quiero olvidar amores
Que marcaron mi existencia
Ni ser la aurora perdida
En los campos de la inocencia.
No quiero olvidar mi sino
Venciendo nobles designios
Arrullada por demonios
Que congelan sin aviso.
No quiero vencer la gloria
De la sabiduría dolida.
Volcando en recuerdos locos
Una realidad perdida.
Quiero morir con la brisa
Acariciando mi cara
Y mis recuerdos intactos
Lloviznando madrugadas.

           Es un día del mes de febrero. Una mujer de aproximadamente sesenta y cinco años se encuentra lánguidamente acostada. Al rato llega otra mujer vestida de azul, en iguales circunstancias. __ La verdad es que cada día me resulta más incomprensible la reacción de Juan ante los problemas - dice la primera.
 __ Yo ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que vi a ese hombre – contesta la segunda.
 __ Nada… nada… él trata de resolver todos sus problemas peleando y gritando. Se lo he dicho: deja de pelear, hombre de Dios. Pero cada vez es peor.
 __ Tienes toda la razón. Cada día es peor – contesta la de azul. Los hijos no entienden a una.
 __Sí, es verdad, pero ¿Qué le vamos a hacer? Así es ese marido mío.
 __ Una vive pensando siempre en los demás antes que en uno. Y eso no debe ser así. Primero es uno. __ Un día se va a levantar y yo no voy a estar allí. Se lo he dicho, deja las peleas, recógete ya. Y lo peor es que ahora le ha dado por beber. ¡Me tiene loca!
 __ Pero ellos no comprenden y yo estoy cansada de tanto tratar de cambiarlos. Somos demasiado tontas las mujeres.
 __ Tú sabes bien que todo lo que le digo es por su bien. Pero mija, no hace caso. Lo que le digo le entra por un oído y le sale por el otro.
 __ Si, amiga. Hay que dejarlos ser. Que hagan lo que les dé la gana. Ya no me importa. Me han dicho que el mundo se va a acabar. Pues que se acabe. ¡A mí que me importa!
 __ ¡Me estás gritando! A mí no me gustan los gritos.
 __ Tú eres la que estás gritando. Eres una inconsciente.
 __ Tú eres siempre la misma. Mi hija de cinco años se comporta mejor que tú, Sofía.
__ ¿Sofía? ¿Quién es Sofía?
 __ Mira. Déjate de parejerías. Resuelve tus problemas con Efrén y déjame en paz, so puerca.
 __ ¿Puerca? ¿Puerca yo? ¡Mira quien habla! Tú que te acuestas con todo el mundo.
 ___ ¿Yo? ¡Pero mira que atrevida! Me voy a parar de esta cama y ya verás lo que te va a pasar. ¡Vas a ver!! Un hombre vestido de blanco se acercó a ambas mujeres.
 ___ Disculpen señoras, ¿Les ocurre algo?
___ Esta mujer que me está insultando – dice la dama de azul.
 ___ Tú eres la que me está insultando. Ya verás.
 ___ ¿Ustedes se conocen? – pregunta el hombre. Ambas mujeres se miraron y no contestan. Una joven se acercó al hombre y le dijo.
 ___ Disculpe joven. Ella es mi abuelita – señalando a la segunda señora – y tiene Alzheimer y por lo que veo la otra señora también. Ni siquiera se conocen. Pero han mantenido una conversación que sólo ellas la entienden. Y, han terminado peleando. Es por esa enfermedad.
 El enfermero se rascó la cabeza y se despidió, pensando en el dolor que causa esa odiosa enfermedad.

viernes, 25 de marzo de 2011

8 DE MARZO DE 2011

8 de marzo
A: P.


Inmensidad del silencio.
Minutos eternos.
Horas tristes.
Días de espera.
Murmullos de miedo
invaden mis sueños.

Me muero. Me muero.

Ansío tus noticias.
Espero tu llamada.
Invento razones.
Disculpo tu inercia.
Pregunto que pasa.
Incógnita nueva.

Me muero. Me muero.

Abriste los ojos.
Tu sola respuesta.
Tú guardas tu todo.
Yo guardo mi esencia.
Mi dolor no importa.
Fui sólo tu fuerza.

Me muero. Me muero.

Hablas de pecados.
No creo en la huella.
La sangre se agita.
El dolor se esconde.
El cuerpo mancilla.
El alma no peca.

Me muero. Me muero.

Se ama con el alma.
Esa fue nuestra virtud.
Otras vidas. Otras eras.
Un pasado en común.
Culpa tenue.
Quimera del amor.

Me muero. Me muero.

Que me cuide has dicho.
En el marco sideral.
Que me cuide has dicho.
Ya que importa si no estás.

DESILUSIÓN

Desilusión
21/enero/2011
A: P.




¡Qué desilusión!
¡Qué simpleza!
Otro sueño efímero
de mi mente enajenada,
cosmos de ilusiones truncas
de pupilas desmembradas.
Un cuerpo enfermo se yergue
en pellizcos de inocencia
cayendo en el vacío silente
de una obra inacabada.
No soy la llama dormida.
Ni la diosa prohibida.
Soy el reflejo más simple
de la locura dorada.
La locura me transporta
a lugares íntimos
donde el alma adolorida
llora consigo misma.
Otra ilusión rota
- tanto tuya como mía -
otro andar por la hondonada
con su manto helado y frío.
Quiero volver a la nada
y volcar sueños antiguos
en la lava de la vida.
¡Total! El frío se esconde
en las redes de la sangre
y congela el intelecto
tuerce y mata al corazón,
cisne blanco del amor.

domingo, 23 de enero de 2011

Íntimo unitario de mi vida

Íntimo unitario de mi vida
A Paco


Íntima.
Buscando en mi estela silenciosa
las ilusiones perdidas en el manto del ayer.
Buceando en el fondo climático
de un otoño presente y escondido
entre rayos de esperanza, ilusiones fingidas
y pesares dormidos.
Lágrimas silenciosas se deslizan por mi mente.
Un ayer perdido y un presente inerte.
Gimo como beata sin consuelo
bebiendo el éter escondido en mis alas sin vuelo.
Me transformo.
Tu palabra me da vida
y construyo los cimientos de una aurora prohibida.
Triste ente insatisfecho.
Arrinconada
En la esquina del olvido,
me hundo en un hueco oscuro, sin fronteras.
Sensaciones de ahogo.
Ansias de conocerte
transitan por la casa, a escondidas.
Resurjo.
Me nutres con tu esencia
Quijote moderno de la aerociencia.
Eres el consuelo de la selva de temores
que recogen el susurro de los años.
Te insertas como aguja invisible
en el oasis marchito de mi piel,
Y yo me dejo herir por tu inocencia.
Caballero misterioso,
te conviertes en el íntimo unitario de mi vida
y compartes la caricia de esa intimidad dormida.
Intima…

Psicosis

Psicosis
8/01/11
A Paco



Delirios. Susurros. Señales. Olores.
Nostalgias. Verdores. Engranajes. Temblores.
Alto, muy alto. Es la unión de tierra, cielo y mar.
Mirando las tetas de Cayey. Presiento.
Es un mundo alucinante.
De sueños. De subidas y bajadas.
Presiento. Ansío. Alucino. Sueño.
Calvicie del tiempo
el deslizarme en la falda del viento.
Mis montes. Mi tierra. Mi luz.
Se une a… El ron más preciado.
División. Estación. Salida.
Velocidad. Pare. Sur.
Huella en paseo.
Un plan que se ajusta a tu bolsillo.
Salida 60. Locura. Abrazos. Besos.
Incógnita. Misterio. Pasión. Dolor.
Verde. Marrón. Amarillo. Rojizo.
Un hombre en bicicleta.
Murmullos de silencio.
Etapas de un molino. Viento.
Irresponsabilidad pública.
Sonata del viento. Misterio del hombre.
Mi voz…

domingo, 9 de enero de 2011

El secreto de la tía Maritza

El secreto de la tía Maritza
15/oct/2010


Mi hermana y yo siempre le dimos largas al asunto. Pero, tarde o temprano había que hacerlo. Nuestra madre nos lo había pedido y su pedido era una orden para nosotras. Ir a recoger la casa de la abuela, regalar lo que sirviera, botar lo que no y si queríamos algo, quedárnoslo. Ya hacía cinco meses del deceso de ésta, así que decidimos hacerlo ese fin de semana.
Después de dos días de ardua labor, dimos con unos papeles que nos llamaron la atención. Eran unas copias amarillentas de correos electrónicos, con fechas de doce años atrás. Con la curiosidad a flor de piel, comenzamos a leer aquellas cartas. Nuestra sorpresa no tuvo límites cuando comprendimos lo que aquello significaba. La tía Maritza, gemela de nuestra madre, no llegó a casarse. El misterio siempre giró en torno a aquella hermosa y solitaria mujer que vivía encerrada casi todo el tiempo. Hubo hombres que se le acercaron, pero ella los rechazaba sin el mayor interés. Hasta que, a los 28 años murió ahogada en el río, debido a las intensas lluvias que habían ocurrido durante ese tiempo.
Dejamos todo lo que estábamos haciendo, pusimos en orden de fechas las cartas y comenzamos a leer aquellas misivas misteriosas. A medida que las leíamos, más nos sorprendíamos. El autor de más de la mitad de las cartas era un alemán que había emigrado a Chile quince años antes.
Él y mi tía hablaban de sus encuentros virtuales, de cómo se fueron enamorando y de los deseos de ambos de encontrarse. El hombre escribía hermoso. Cartas en un correcto español que transmitían hermosos sentimientos. Las contestaciones de mi tía contenían el mismo fuego y pasión con que le escribía aquel hombre. A medida que corría el tiempo las promesas y sueños se intensificaban. Pero, el hombre era casado y era el padre de cuatro niños. Tenía treinta y seis años y una gran empresa que manejar.
Prometió dejarlo todo. Separarse. Viajar a Puerto Rico a buscarla e irse juntos a Alemania. Desaparecer ambos y vivir su amor. Ella le pidió que esperara un tiempo. Sus hijos eran muy pequeños y lo necesitaban. Pero él insistió. No quería perderla.
Siguieron las cartas. La intensidad de los sentimientos seguía. El dolor de la separación se palpaba en los correos de ambos. Hasta que un día el azote de un huracán tronchó las misivas. Hubo un lapso. Al reanudarse las cartas ya no era lo mismo. Algo se había roto en él.

Querida Maritza:

Sé que has estado esperando que te escriba desde hace días... Discúlpame por no haberlo hecho antes. Tuve tiempo para hacerlo el jueves, pero no te envié el e-mail ese día porque no me gustó, no contenía todo lo que realmente te quería decir. Todos estos meses desde que nos hemos conocido han sido muy especiales. No sabes cuanto he soñado contigo, cuantas veces te he ansiado y deseado con una intensidad que desconocía. Todas esas veces que hemos hablado y que he podido escuchar tu voz y tu risa... Son tan fuertes los sentimientos que tú me provocas que no puedo dejar de pensar en ti... siempre te amaré, te lo he dicho muchas veces... y sé que será así... Tú te estarás preguntando entonces que es lo que nos ha alejado, que es lo que ha pasado... (?) Pienso que han sido dos razones. Por un lado, me he ido dando cuenta que necesitas más de lo que yo te he podido dar.
Son tantos los sentimientos... hermosos por cierto, porque es lindo amar así... a pesar de todo... Por otra parte, me he dado cuenta que lo nuestro llegó a un punto en que debía tomar una decisión definitiva...no te lo niego... me asusté al pensar que debía dejar a mis hijos... no había otra manera, no podía seguir lo nuestro en la misma forma como había sido hasta ese momento... Tu situación es algo diferente a la mía... eres joven, soltera...
Eso me hizo repensar todo... me sentí confundido y sin saber que hacer... yo creo que eso me hizo tratar de retroceder... de no avanzar más... de sólo llegar hasta ahí... no sé si me comprendas, porque no sé si lo he expresado bien... espero que me entiendas...
Maritza, tú eres una gran mujer, siempre te lo he dicho... así lo siento, sé que es así... siempre te he sentido como una princesa, como un tesoro... No quiero dejar de escribirte, ojalá que me respondas a esta carta con todo lo que sientes... no creas que todo esto no me duele... pero hay realidades y hay sueños..... y hay sueños que se pueden transformar en realidades y sueños que cambian las realidades... tú me escribiste: "me gustaría que fueras pobre, pero libre para mí"... quizá eso es lo que no pueda ser... Nunca he jugado contigo amor, nunca... nunca pienses eso !!!... quizá hoy estoy más melancólico que de costumbre... no lo sé... pero quería escribirte todo esto porque refleja mis sentimientos... y quiero que sepas que te amo, a pesar de todo...
Tuyo siempre,
Rod


Hola mi tesoro:

Son las 11:35 de la mañana y aprovecho para escribirte este e-mail.
Sabes? Cada día me siento más sola, en estos momentos me siento más sola que nunca, mi alma se siente sola y sin ganas de vivir. No sé que me pasa... pero perdona que te diga esto. No es justo para ti.
Te amo...te amo mucho. Quizás este amor es sólo el aliento que me da vida...aunque sea un imposible. Sólo sé que estás allí...que me lees y que quizás en algún momento me contestes y eso es algo. Te juro que no quiero interrumpir tu vida, ni darte problemas...sólo quiero que me sientas a través de estas palabras. Tal vez nunca te
he hablado así... ya tú me estás olvidando...y sé que aunque guardes por siempre el recuerdo de mi amor...me olvidarás y vivirás tu vida. Presiento que ya lo estás haciendo... y no te culpo. Tú no eres el culpable de lo que me pasa, así que no te preocupes. Al contrario...con tu amor me diste fuerzas en un tiempo. No te olvidaré nunca...no dejaré de sentir este amor por ti. Te juro que cuando venga la muerte aún seguiré pensando en ti. No quiero seguir aburriéndote con mis cosas... es mas...ni siquiera sé si leerás esto...te he escrito tanto y no me contestas... Sé que hay algo más de lo que me dices... lo presiento... pero para qué preguntar lo que no me quieres decir. Sigo pensando que jamás nos conoceremos...así que para que insistir. Aunque no me olvide de ti... sé que llegará un tiempo en que dejaré de escribirte... tiene que ser así...verdad? Por eso tú no me contestas...sé que es para que me vaya cansando... y deje de hacerlo yo. Y lo haré...llegará el momento que me cansaré de este monólogo...de que cada cinco u ocho o que sé yo cuantos e-mails míos...reciba uno tuyo. Tienes el tiempo... tú lo dijiste: "puedo sacar esos 5 minutos" pero no lo haces...por que no quieres...quieres que te olvide. Sólo que si es así... porque no me lo dices abiertamente? Si lo haces...te juro que no te molestaré más...si eso es lo que de verdad deseas...sé sincero y dímelo. Pero mientras tanto...mantienes mis esperanzas...mantienes esta llama que a veces me consume...pero que también sustenta mi vida... Te vuelvo a pedir perdón... no quiero molestarte...no quiero que sientas pena por mi...ni que me compadezcas... perdóname amor... perdóname... he estado a punto de borrar este e-mail en dos ocasiones... pero no lo haré... quiero que lo recibas... y quiero que me olvides... por que sé que ahora querrás terminar conmigo de una vez.

Siempre tuya... Maritza.



Habían pasado dos días después de esta última misiva, cuando el río se llevó el cuerpo de la tía Maritza. Mi hermana y yo nos miramos. Nuestra tía buscó su gran amor en el río y éste le tendió sus brazos.
Esa tarde hicimos una fogata. El viento se llevó el humo en el que se convirtieron las palabras, el humo se volvió nada y el secreto siguió su vuelo.
Al otro día, muy temprano, salimos para la capital. Allí nos esperaba nuestra madre, ajena a la verdadera historia de la tía. El secreto quedó enterrado con ella y en nuestros corazones.

Mis nietos Ratoncitos preciosos de la mano de Dios. Mis ninitos queridos querubines de Dios. Mis razones de vida mi legado de Dios.